La sensibilidad es una cualidad innata en los seres humanos que se relaciona con la capacidad de percibir, sentir y experimentar el mundo que nos rodea. En la psicología, se habla de la sensibilidad emocional como una habilidad para captar las emociones propias y ajenas con mayor intensidad y profundidad.
Uno de los psicólogos más influyentes en la historia de la psicología, Carl Gustav Jung, habló mucho sobre la importancia de la sensibilidad en la vida humana. Según Jung, la sensibilidad es una función psicológica que nos permite estar en sintonía con el mundo interior y exterior.
Jung habló de la sensibilidad en términos de la teoría de los tipos psicológicos, que divide a las personas en dos tipos principales: extrovertidos e introvertidos. Según Jung, los extrovertidos tienden a ser más sensibles a los estímulos externos, mientras que los introvertidos tienden a ser más sensibles a los estímulos internos. Jung también habló de la sensibilidad en términos de la psicología profunda, una corriente de pensamiento que se enfoca en el estudio de los símbolos y el inconsciente. Según Jung, la sensibilidad es una cualidad necesaria para poder comprender y trabajar con los símbolos y las imágenes del inconsciente.
La sensibilidad también está relacionada con la empatía y la capacidad de ponerse en el lugar de los demás. Jung habló de la necesidad de desarrollar la empatía y la compasión como una forma de conectar con el mundo interior y exterior.
La sensibilidad es una cualidad fundamental en la vida humana, que nos permite conectarnos con el mundo interior y exterior, comprender los símbolos y las emociones, desarrollar la empatía y la compasión, y tener una experiencia más rica y profunda de la vida. Jung fue uno de los psicólogos más influyentes en la historia de la psicología y hace más de 100 años, ya hablaba de lo que hoy conocemos, como alta sensibilidad.