En las últimas décadas, ha surgido un cambio significativo en el interés científico hacia los estados alterados de conciencia. Marc Wittmann, autor de «Estados Alterados de Conciencia», destaca cómo estas experiencias, una vez ignoradas o menospreciadas, ahora son objeto de investigación seria. Este cambio refleja una transformación en el paisaje científico, marcada por una mayor apertura hacia la exploración de fenómenos que desafían las concepciones convencionales de la conciencia.
Wittmann señala que los estados de conciencia alterados pueden surgir en diversas situaciones, como experiencias místicas espontáneas, estados meditativos, experiencias con sustancias psicoactivas, estados de hipnosis o trance, e incluso al escuchar música. Estos estados provocan alteraciones extremas en la percepción del tiempo y el espacio, fenómenos que documenta en su libro.
Durante mucho tiempo, estas experiencias fueron desestimadas o consideradas fantasías de aficionados, ya que no encajaban en las teorías científicas convencionales. Incluso fenómenos como las «auras extáticas» de Fyodor Dostoevsky, vinculadas a sus ataques epilépticos, fueron pasados por alto hasta tiempos recientes. Sin embargo, el cambio en la percepción de la conciencia como un tema legítimo de estudio ha permitido explorar estos fenómenos más a fondo.
La ciencia reconoce los estados alterados de conciencia HOY
La investigación actual, ejemplificada por el trabajo del neurólogo Olaf Blanke sobre experiencias extracorporales, demuestra cómo métodos de investigación cerebral avanzados han contribuido a la aceptación creciente de estos fenómenos. Blanke logró inducir experiencias extracorporales en un paciente mediante estimulación eléctrica del cerebro, evidenciando una conexión entre la actividad cerebral y estas experiencias.
: La investigación sobre los efectos a corto y largo plazo de la meditación también ha contribuido al cambio en la actitud científica. La práctica de la meditación, incorporada incluso en entornos clínicos, ha revelado mejoras medibles en la atención, la memoria y la estructura cerebral. Además, aquellos que practican la meditación reportan experiencias de conciencia extraordinarias, lo que ha llevado a estudios científicos más rigurosos.
Wittmann sugiere que un cambio generacional en la mentalidad, junto con la presencia de científicos que han experimentado estas experiencias, ha contribuido al cambio en la actitud científica hacia los estados alterados de conciencia. La apertura a nuevas experiencias, un rasgo de personalidad conocido como «apertura a la experiencia», también se vincula con la disposición a explorar fenómenos antes considerados marginales.
La transformación en la percepción científica de los estados alterados de conciencia destaca la necesidad de abordar estos fenómenos sin prejuicios, transcendiendo ciertas barreras creadas por nuestra propia concepción. Como menciona el filósofo Thomas Nagel, comprender nuestra conciencia requiere dejar de lado los prejuicios y trascender ciertos límites autoimpuestos. Este cambio refleja una nueva era en la que la ciencia se aventura más allá de lo convencional en busca de una comprensión más profunda de la mente humana.