Experiencias espirituales… ¿Qué dice la ciencia?

Las experiencias espirituales son experiencias transformadoras, pero muy subjetivas, que ha sido un tema de interés tanto en la espiritualidad como en la ciencia. Este fenómeno, caracterizado por una sensación de conexión con una realidad más amplia o divina, está siendo cada vez más estudiado por la psicología y la neurociencia para entender qué ocurre en el cerebro durante estos momentos de «iluminación»

Fenomenología del despertar espiritual

El despertar espiritual se manifiesta como una percepción de unión con el universo o una deidad, produciendo cambios profundos en la percepción y el bienestar del individuo. Estos eventos pueden ser espontáneos o inducidos por prácticas como la meditación. Las personas que los experimentan suelen describir una sensación de paz, éxtasis y una comprensión profunda de la naturaleza del ser.

Estudios neurocientíficos

Investigaciones recientes han identificado las áreas del cerebro involucradas en las experiencias espirituales. Un estudio de las universidades de Yale, Columbia y Oxford reveló que durante un ellas hay una mayor actividad en la corteza parietal, relacionada con la atención, y una menor actividad en el lóbulo parietal inferior izquierdo, asociado con la autoconciencia y la percepción del yo. Esto sugiere que durante estos estados, las personas pueden experimentar una pérdida del yo y una sensación de unión con el todo.

Efectos en el bienestar

Las experiencias espirituales tienen efectos positivos a largo plazo en la salud mental y el bienestar general. Un estudio de la Universidad de Greenwich encontró que estos «despertares» pueden provocar cambios duraderos en la percepción y la calidad de vida de los individuos. Los despertares espirituales espontáneos y los despertares Kundalini, que incluyen sensaciones físicas intensas, son generalmente percibidos como positivos, a pesar de ser inicialmente desconcertantes o provocar literalmente, miedo.

Investigación de Jeffrey Martín

El Dr. Jeffrey Martin ha investigado el bienestar fundamental y los estados elevados de conciencia durante más de 15 años. Sus estudios indican que las prácticas espirituales habituales pueden engrosar la corteza prefrontal, responsable de la función ejecutiva y la planificación. Esto contrasta con la reducción de esta área observada en personas con depresión. Estos hallazgos sugieren que las prácticas espirituales no solo mejoran la salud mental, sino que también tienen un impacto positivo en la estructura cerebral. Literalmente, el cerebro se ilumina.

Implicaciones y limitaciones

A pesar de los avances, hay limitaciones en la investigación actual. La mayoría de los estudios han sido realizados con muestras pequeñas y específicas, lo que limita la generalización de los resultados. Sin embargo, los hallazgos actuales son prometedores y sugieren que una mayor comprensión de los mecanismos neurobiológicos detrás del despertar espiritual podría tener importantes implicaciones para la salud mental y el tratamiento de trastornos psicológicos.

Además de eso, y, en opinión personal, hay cosas que hoy (todavía) la ciencia no puede demostrar con la tecnología presente. Y otras muchas cosas en los que, simplemente, no se puede explicar con la mente, sino con el alma o el ser.

¡Poco a poco! La ciencia está comenzando a desentrañar los complejos procesos que subyacen a las experiencias espirituales. Estos estudios ofrecen una comprensión más profunda de la conexión entre el cerebro y la espiritualidad, y lo mejor es que también abren nuevas vías para mejorar el bienestar humano a través de prácticas espirituales y meditativas.

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