El fentanilo es un opioide sintético extremadamente potente, hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más que la morfina, utilizado médicamente para tratar el dolor severo, especialmente en pacientes con cáncer o tras cirugías.
Sin embargo, debido a su alta potencia y disponibilidad, también se ha convertido en una de las drogas más peligrosas en el ámbito del abuso de sustancias, contribuyendo significativamente a la crisis de opioides y al aumento de las sobredosis fatales en muchos países.
Efectos psicológicos Inmediatos
El fentanilo actúa uniéndose a los receptores opioides en el cerebro que controlan el dolor y las emociones, aumentando los niveles de dopamina y produciendo efectos como:
- Euforia intensa: Una sensación de felicidad y bienestar extremo.
- Relajación: Sentimientos de serenidad y disminución de la ansiedad.
- Sedación: En dosis más altas, puede llevar a una marcada somnolencia.
Impacto a largo plazo en la salud mental del fentanilo
El uso prolongado o el abuso del fentanilo pueden tener efectos devastadores en la psicología y el bienestar mental del individuo, incluyendo:
- Dependencia y adicción: El cuerpo se acostumbra a la presencia de la droga, lo que lleva a una necesidad física y psicológica de continuar usándola.
- Depresión: El uso crónico puede alterar el equilibrio químico del cerebro, llevando a la depresión y otros trastornos del estado de ánimo.
- Ansiedad y paranoia: Algunos usuarios experimentan un aumento en la ansiedad y episodios de paranoia.
- Deterioro cognitivo: La función cognitiva puede verse comprometida, afectando la memoria, el juicio y la toma de decisiones.
Riesgos y consecuencias del abuso
- Depresión respiratoria severa: La respiración se vuelve peligrosamente lenta y puede detenerse.
- Coma: En dosis altas, el fentanilo puede inducir un coma.
- Muerte: La sobredosis de fentanilo es una causa principal de muerte por intoxicación en muchas regiones.
Todo un desafio para el sistema de salud
El fentanilo ilícito, a menudo mezclado con otras drogas como la heroína o la cocaína sin el conocimiento del usuario, ha exacerbado la crisis de opioides. Esto ha presentado desafíos significativos para la salud pública, incluyendo:
- Aumento de las sobredosis fatales: Debido a su potencia y al uso no regulado, el fentanilo ha llevado a un aumento en las muertes por sobredosis.
- Dificultades en el tratamiento de la sobredosis: Aunque la naloxona (Narcan) es un antídoto para las sobredosis de opioides, las sobredosis de fentanilo pueden requerir múltiples dosis para revertir los efectos, complicando los esfuerzos de rescate.
Estrategias de intervención
Abordar la crisis del fentanilo requiere un enfoque multifacético que incluye varias cosas:
- Educación sobre el riesgo de sobredosis: Informar al público y a los usuarios sobre los peligros del fentanilo.
- Mejora del acceso a tratamientos para la adicción: Ampliar el acceso a programas de tratamiento basados en la evidencia, incluida la medicación asistida.
- Distribución de naloxona: Aumentar la disponibilidad de naloxona entre los primeros auxilios, las personas que usan drogas y sus comunidades.
- Estrategias de aplicación de la ley: Esfuerzos dirigidos a interceptar el suministro ilícito de fentanilo y sus precursores.
El fentanilo representa un desafío significativo tanto para la salud individual como para la pública debido a su potencia y el riesgo de adicción y sobredosis. Esperemos que esta dura droga no vea las calles de Europa y poco a poco, vaya desapareciendo de los lugares donde tanto dolor está causando ahora.