La ciencia de la conciencia no ha cumplido con las expectativas. A pesar de décadas de investigación, no hay signos de consenso en torno a la conciencia, con varias teorías rivales aún en competencia. Este artículo aborda la dificultad fundamental de estudiar la conciencia: su resistencia a la observación directa. Mientras que la ciencia puede teorizar sobre cosas no observables para explicar lo que sí se puede observar, con la conciencia, lo que se intenta explicar no puede ser observado públicamente.
La conciencia, definida como la experiencia subjetiva de ser, incluyendo sensaciones y emociones, no puede observarse directamente. El autor destaca que, a diferencia de otros aspectos no observables de la ciencia, como partículas fundamentales o funciones cuánticas, la conciencia es única en que lo que intentamos explicar no puede ser observado públicamente.
Muchos investigadores de la conciencia adoptan una visión reduccionista del universo, donde la física dicta todo. Sin embargo, desafíos recientes a este paradigma sugieren que el libre albedrío de los organismos conscientes puede influir en el cerebro más allá de lo establecido por las leyes de la física. La teoría de la asamblea de químico Lee Cronin y física Sara Walker,rechaza la reducción a ecuaciones a nivel microscópico, argumentando a favor de una especie de memoria inherente en la naturaleza que guía la construcción de moléculas complejas.
Se destaca que la evolución plantea uno de los desafíos más fuertes a los enfoques reduccionistas de la conciencia. La selección natural solo se preocupa por el comportamiento, y con el rápido avance en inteligencia artificial y robótica, se demuestra que comportamientos extremadamente complejos pueden existir en sistemas que carecen por completo de experiencia consciente. Esto plantea la pregunta de por qué evolucionó la conciencia, ya que para cualquier comportamiento adaptativo asociado con la conciencia, podría existir un mecanismo no consciente que instigue el mismo comportamiento.
Para comprender la evolución de la conciencia, es necesario rechazar el reduccionismo y considerar enfoques que reconozcan la influencia del libre albedrío y la memoria inherente en la naturaleza. Aunque persisten desafíos, estos planteamientos podrían abrir nuevas perspectivas en la investigación de la conciencia.