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El verdadero problema del estudio de la conciencia según los profesionales

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Es y ha sido uno de los mayores misterios para científicos y filósofos: ¿Qué es la conciencia? A lo largo de la historia, muchos han intentado comprenderla y explicarla, pero quizás no lo han hecho desde el modo de ver correcto.

El desafío principal sigue siendo la dificultad de estudiar algo subjetivo desde una perspectiva objetiva. Podemos estudiar una célula. Podemos estudiar el Moncayo de Aragón, pero la conciencia es como un micromundo de cada uno y está inextricablemente vinculada a quien la experimenta.

Este es el principal obstáculo en el estudio científico de la conciencia: los propios son conscientes, lo que hace que su observación esté limitada.

Desde filósofos a físicos: todos tiene una opinión sobre la conciencia.

El filósofo y físico británico Thomas Nagel, en su ensayo: Watt is it like to be a bat? Ya lo dijo hace décadas. Decía que, a pesar de los avances científicos, nunca podremos entender del todo la experiencia de otro ser consciente porque la experiencia subjetiva es, por su naturaleza, inaccesible. En este sentido, la conciencia es un fenómeno que no puede ser completamente estudiado por datos objetivos. Es la realidad de cada uno, una realidad que, como ya ha demostrado la física cuántica, se cocrea.

Daniel Dennett, en su libro Consciousness Explained propone que la conciencia es un simple proceso cerebral y que no necesitamos apelar a entidades metafísicas para entenderla. Opinión respetable como todas.

Según Dennett, la conciencia es un «fenómeno que emerge» que surge de las interacciones entre las neuronas, pero su concepción no resuelve el problema de esa experiencia subjetiva, ese «qué se siente» al ser consciente.

Berent, psicóloga, sugiere que la creencia de que la conciencia no es del todo física podría venir de un sesgo llamado «dualismo intuitivo». Según el mismo, las personas tienden a separar la mente del cuerpo, ya que la mente parece ser algo que no se puede tocar ni ver por microscopio.

Por su parte, el neurocientífico Antonio Damasio, su libro The Feeling of What Happens (1999), Damasio argumenta que la conciencia está conectada con la sensación del «yo» y con la capacidad de los seres humanos para experimentar emociones. Según Damasio, la conciencia no es un fenómeno separado del cuerpo, sino que está vinculada a los procesos cerebrales que nos permiten sentir y ser conscientes de esos sentimientos.

Otras perspectivas de lo que es la conciencia

Desde una perspectiva espiritual, la conciencia se ve a menudo como una entidad trascendental que va más allá de la experiencia individual. En tradiciones como el Vedanta hindú, se cree que la conciencia es una realidad universal que impregna todo lo existente, con la noción de que la conciencia individual (Atman) es idéntica a la conciencia cósmica (Brahman).

El objetivo espiritual es despertar a esta unidad. En el budismo, la conciencia es entendida como un flujo constante y dinámico, sin un «yo» permanente, y el despertar espiritual radica en trascender la ilusión del ego. De manera similar, el taoísmo ve la conciencia como parte de un flujo energético universal, el Tao, que conecta todo en el universo, enseñando que la sabiduría espiritual proviene de alinearse con este flujo natural de la conciencia. En todas estas tradiciones, la conciencia no es simplemente un proceso mental, sino una fuerza universal que une y da sentido a la existencia.

Quizás, por ahora, no comprender completamente lo que es ser otro ser consciente. Quizás tanto la parte más científica como esas escuelas espirituales, esas tradiciones y filosofías estén en lo cierto. Quizás todavía no podamos entenderlo.