En astrología, se habla mucho de cosas como: “uff seguro que hoy mercurio está retrógrado”. Es un fenómeno que genera mucho interés, misterio e incluso miedo (algo que no debe).
Durante el periodo de retrogradación, un planeta se parece mover hacia atrás en el cielo, lo que, en términos astrológicos, se interpreta como una oportunidad. Una forma de tener tiempo, reflexionar, revisar y corregir.
Y no. Esto no es tan negativo como algunos creen, puede ser un tiempo de introspección y transformación. Y ese periodo de cambios, es lo que descuadra, lo que da algo de miedo.
¿Qué es un planeta retrógrado?
Un planeta retrógrado es cuando, debido a la órbita de la Tierra y su relación con otros, parece moverse en dirección opuesta a su trayectoria a través del cielo. Este efecto ocurre por la diferencia en la velocidad de movimiento entre los planetas y la Tierra. Para nosotros, parece que el planeta se para y comienza a retroceder, aunque en realidad no cambia su movimiento.
En astrología, se interpreta de manera simbólica: su energía se vuelve para atrás, afectando las áreas de la vida que dicho planeta representa. Cada planeta tiene su influencia, y cuando está retrógrado, puede hacer que se manifieste de manera más interna, introspectiva o con desafíos.
Planetas retrógrados más comunes y sus efectos
Hay algunos planetas que son más conocidos por sus retrógrados debido a su frecuencia y el impacto que pueden tener. Los más relevantes son el archiconocido Mercurio, Venus y Marte, aunque también se consideran importantes los de Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón.
1. Mercurio retrógrado: el más conocido
El planeta de la comunicación, el pensamiento y la tecnología. En sus períodos retrógrados (tres o cuatro veces al año), se cree que las áreas asociadas con la comunicación, los viajes y la tecnología pueden verse alteradas.
Se traduce (a veces) en malentendidos, fallos en los dispositivos electrónicos, etc
Se ha ganado una mala reputación por generar cierto caos, pero los astrólogos sugieren que Mercurio retrógrado es un momento top para la reflexión y la revisión. Desde revisar proyectos antiguos, a reparar relaciones pasadas o volver a estudiar algo que habíamos dejado antes.
2. Venus retrógrado: reflexión en el amor y las relaciones
Entra en retrogradación aproximadamente cada 18 meses. Durante este tiempo, las relaciones sentimentales pueden ser puestas “a prueba”, o se pueden revivir asuntos no resueltos del pasado.
Aunque algunos temen que Venus retrógrado cause rupturas, esta fase también puede ser una oportunidad para sanar heridas y encontrar una mayor comprensión de lo que realmente necesitamos. Todo, es para un fin. Todo, para un bien mayor.
3. Marte retrógrado: reflexión en la acción y la energía
Cuando Marte está retrógrado, la capacidad para actuar con firmeza o tomar decisiones puede verse afectada. Es un tiempo en el que la energía masculina o la iniciativa puede volverse más introspectiva.
Buen momento para revisar proyectos que requieren esfuerzo físico o personal, pero no es recomendable iniciar nuevos emprendimientos.
4. Júpiter y saturno retrógrados: lecciones de expansión y restricción
Su retrogradación nos invita a reflexionar sobre el crecimiento personal, la sabiduría y cómo manejamos nuestras responsabilidades.
La retrogradación de Júpiter puede hacernos más conscientes de nuestras creencias filosóficas y la manera en que buscamos la verdad, mientras que Saturno retrógrado puede ser un llamado a revisar nuestras estructuras, responsabilidades y objetivos a largo plazo. Ambos planetas son poderosos durante su retrogradación porque nos empujan a reevaluar nuestro camino y nuestras creencias.
¿Qué hacer durante los períodos retrógrados?
Lo mismo que haces sin ellos. Aunque muchas personas tienden a evitar tomar decisiones durante los períodos de retrogradación, la astrología no ve a los planetas retrógrados como algo malo. En lugar de tratar de forzar, quizás puedas tomar estos momentos para revisar, reflexionar y reajustar.
Los planetas retrógrados son una parte del ciclo y da oportunidades para la reflexión y el reajuste en nuestras vidas. Aprovechar estas fases para aprender, sanar y ajustar el rumbo, pero recuerda que, todo lo que hagas, estará bien tal y como sea.